Edificios abandonados con muros derruidos. Calles desiertas. Un silencio espeluznante. Esparcidas por todo el continente, vamos a repasar las ciudades fantasmas de Europa que ahora han quedado deshabitadas. Algunas fueron escenario de cruentos combates; otras quedaron abandonadas cuando se produjeron catástrofes naturales.

Ciudades fantasmas de Europa

De Francia a Noruega, éstas son las ciudades fantasmas de Europa que deberías añadir a tu lista de cosas que hacer antes de morir.

Belchite, España

En 1937, durante la Guerra Civil española, los republicanos y las fuerzas nacionalistas del general Franco libraron una sangrienta batalla de dos semanas en la ciudad de Belchite. Más de 3000 personas perdieron la vida.

Por orden de Franco, se construyó cerca una nueva ciudad para albergar a sus habitantes. El pueblo de Belchite, destrozado por la guerra, quedó como un mero monumento. Hoy en día, sus edificios en ruinas, acribillados a balazos y marcados por los proyectiles, apenas se mantienen en pie.

Imber Village, Reino Unido

En 1943, con sólo 47 días de preaviso, los habitantes de Imber, en Wiltshire, fueron desalojados de sus casas para permitir que las tropas estadounidenses se entrenaran para la liberación de Europa. Nunca regresaron.

Se dice que los aldeanos protestaron por su destierro, pero fue en vano. Imber había sido adquirida por el Ministerio de Defensa antes de la guerra en un intento de convertir la llanura de Salisbury en el mayor campo de entrenamiento del país. A día de hoy, el terreno pertenece al Ejército británico.

Oradour-sur-Glane, Francia

El pequeño pueblo de Oradour-sur-Glane, situado en la campiña de Limousin, fue escenario de una de las atrocidades más terribles de la Segunda Guerra Mundial. El 10 de junio de 1944, 642 de sus habitantes fueron masacrados por las Waffen-SS nazis. Los habitantes del pueblo fueron acorralados, ametrallados y muchos quemados vivos.

Hoy, los derruidos edificios del pueblo son un brutal recordatorio de aquel fatídico día. Casas y tiendas yacen en ruinas, algunas conservan detalles originales: lámparas oxidadas, máquinas de coser y cacerolas.

El Centre de la Mémoire conmemora los crímenes con testimonios, exposiciones y películas que arrojan luz sobre el sangriento pasado de Oradour.

Pentedattilo, Italia

Aferrada a la escarpada pared rocosa del Monte Calvario, Pentedattilo se remonta al año 640 a.C., cuando se estableció como colonia griega. Prosperó bajo el dominio griego y romano, pero decayó a causa de las invasiones sarracenas.

El terremoto de 1783 causó daños irreparables, por lo que la mayoría de la población se trasladó a la cercana ciudad costera de Melito Porto Salvo.

Pentedattilo fue parcialmente restaurada por voluntarios en la década de 1980. Hoy es un próspero centro artístico y cultural, y acoge cada año el Festival de Cine de Pentedattilo.

Pripyat, Ucrania

Situada en el norte de Ucrania, Pripyat se fundó para albergar a las familias de los trabajadores de la cercana central nuclear de Chernóbil. La ciudad fue evacuada tras la devastadora explosión de Chernóbil en 1986, que provocó el vertido a la atmósfera de enormes cantidades de sustancias químicas radiactivas.

Hoy en día, la vegetación se abre paso por las grietas de los edificios abandonados, y los libros de texto y los juguetes están esparcidos por los suelos de las escuelas, un escalofriante recordatorio de la repentina marcha de sus habitantes.

Pyramiden, Noruega

Pyramiden está situada sobre el círculo polar ártico noruego, en el archipiélago de Svalbard. Fue fundada por los suecos a principios del siglo XX y adquirida por la Unión Soviética en 1927, convirtiéndose en un asentamiento minero ruso. En su apogeo, Pyramiden llegó a tener unos 1.200 residentes rusos.

Su declive comenzó en la década de 1990, tras el desmantelamiento de la Unión Soviética y la disminución de la rentabilidad de la industria minera del carbón. En 1998 quedó completamente abandonada.

Ahora, un puñado de visitantes acude cada año a ver los restos de la época soviética, que incluyen bloques de apartamentos y la estatua de Vladimir Lenin más septentrional del mundo.

Skrunda-1, Letonia

La ciudad secreta de Skrunda-1 desempeñó en su día un papel vital para proteger a la Unión Soviética de posibles ataques con misiles. Durante la Guerra Fría, la ciudad vigilaba una estación de radar clave que escaneaba los cielos en busca de cabezas nucleares.

Skrunda-1 era una de las «formaciones territoriales administrativas cerradas» de la URSS: ciudades secretas que albergaban centros de investigación y bases militares sensibles. La ciudad albergaba a las familias de los soldados soviéticos que trabajaban en el cercano proyecto de radar.

Tras la desintegración de la Unión Soviética en 1991, el emplazamiento permaneció bajo control de la Federación Rusa, pero fue abandonado en 1998. Hoy en día, los bloques de apartamentos de estilo soviético abandonados y llenos de posesiones siguen en pie, como un eco del pasado reciente de la ciudad.

Varosha, Chipre

Hasta la década de 1970, Varosha fue un importante destino turístico que atraía a famosos y jetset de todo el mundo. El paseo marítimo de Varosha, que constituye una cuarta parte de la ciudad chipriota de Famagusta, aún está repleto de hoteles de gran altura, recuerdo del apogeo de la ciudad como popular centro turístico de playa.

Quedó bajo control turco en 1974, tras la invasión de la isla. Sus habitantes huyeron y el ejército turco se hizo con el control de la zona. Hoy permanece deshabitada, vallada por los militares y cerrada al público.