Dicen los que han tenido la suerte de visitar Copenhague en verano que se trata de una de las ciudades más bellas, dinámicas y agradables de Europa. Sus pintorescos edificios, las coloridas casas del puerto, museos, galerías, calles y plazas convierten a esta ciudad en mucho más que la imagen de postal de la Sirenita, símbolo histórico por excelencia de Copenhague.
Qué ver en Copenhague
La Sirenita
Situada en una roca del Parque de Langelinie, en la Bahía del Puerto de Copenhague, la Sirenita es una de las imágenes más reconocidas del mundo. Fue colocada allí en 1913 y apenas mide 1,25 metros y pesa 175 kilos. Construida en bronce, su autor Edvard Eriksen se inspiró en el cuento de hadas La Sirenia, escrito por Andersen en 1837. El cuerpo de la Sirenita es el de la esposa de Eriksen, y la cara la de la bailarina del Ballet Real, Ellen Price. El próximo año será el de su centenario.
Nyhavn
La animada y colorida calle Nyhavn es una de las más clásicas y fotografiadas de la ciudad. Está situada junto a un canal plagado de veleros y tuvo su origen hace tres siglos. La estampa de sus casas de colores es muy llamativa, y en una de ellas vivió el escritos Hans Christian Andersen. Nada mejor que dar un pequeño paseo en velero por el canal, disfrutando de las vistas, o sentarse a tomar algo en las terrazas de los restaurantes y cafeterías de la calle. No puede haber algo más típico en Copenhague.
Jardines de Tivoli
Más bien se trata de un parque de atracciones, con montañas rusas, trenes y demás. La mayoría de ellas están ambientadas en los vikingos, la mitología nórdica y los cuentos de Andersen. Está situado en el centro de Copenhague y se inauguró en 1843. Desde entonces se ha convertido en el lugar más visitado de Dinamarca. Eso sí, solo abre en la temporada de verano y en Navidad (desde mediados de noviembre hasta el 23 de diciembre).
Museo Nacional de Dinamarca
Situado desde 1849 en el Palacio del Príncipe (1744) es el museo de historia cultural danesa más grande de Dinamarca. Su colección se divide en cinco secciones abarca desde la prehistoria hasta la actualidad, destacando especialmente la parte que nos lleva hasta la Edad del Bronce y la época de los vikingos. Hay también objetos de culturas como Grecia, Roma, Egipto o el Oriente Próximo, además de la América precolombina.
Palacio de Amalienborg
Residencia de invierno de la familia real en Copenhague, está formado por cuatro mansiones de estilo rococó en la plaza del mismo nombre: el Palacio Moltke, el Palacio Levetzau, el Palacio Brockdorff, y el Palacio Schack. Solo se encuentran abiertos al público los dos primeros palacios. El recinto fue construido en el siglo XVIII. En el centro se levanta la estatua del fundador, el rey Federico V. No se pierdan el Cambio de Guardia que se lleva a cabo todos los días a las 12.00 horas.
Qué hacer en Copenhague
La capital de Dinamarca es una ciudad que se brinda a numerosas oportunidades turísticas, especialmente en la época de verano. Precisamente es durante los meses estivales cuando está abierto el Parque Tivoli. Si vamos con niños será un lugar perfecto para desconectar un día de museos, castillos, palacios y otros monumentos que pueden aburrir un poco a los más pequeños. También hay en la ciudad un zoológico y un acuario como visitas más “infantiles”.
Si el buen tiempo acompaña nada mejor que irnos de compras por la ciudad. Las calles más comerciales son las de Stroget, un distrito de más de tres kilómetros, completamente peatonal, con tiendas de todo tipo. De esta zona hay que destacar las calles de Bredgade, Ravnsborggade y Laederstraede. Además de los mercados de pulgas del centro, muy animado para los compradores es también el barrio de Vesterbro.
Como pueden comprobar Copenhague es una ciudad en la que resulta imposible aburrirse. Castillos, palacios, parques de atracciones, museos, galerías de arte, calles peatonales llenas de tiendas, canales… Son muchas las atracciones por ver y mucho por hacer en la capital danesa.