Tienes una mochila y tu pasaporte está listo para ser sellado. Lo único que te queda por decidir es adónde te diriges y qué vas a hacer cuando llegues allí. Estudiar unos cuantos mapas te ayudará con el primer problema, pero no hará mucho con el segundo, así que permítenos que te demos una pizca de inspiración con estas ideas para tu primer viaje como mochilero.

Ideas para tu primer viaje como mochilero

Aquí tienes algunas Ideas para tu primer viaje como mochilero.

Viaje por carretera

Los autobuses y los trenes son una parte importante de la experiencia mochilera, pero cuando se trata de libertad sin límites, no hay nada mejor que un viaje por carretera.

Algunos países se prestan mejor a la conducción que otros. Prueba en Australia o Nueva Zelanda con una autocaravana (tablas de surf opcionales), o dirígete a Estados Unidos.

Disfruta del frío

Que la mayoría de los mochileros del mundo se dirijan a idilios tropicales no significa que tengas que seguir al rebaño. Los países fríos no son igual de bonitos que los cálidos, y la mayoría tienen la ventaja añadida de estar relativamente libres de multitudes.

¿Qué tal hacer senderismo en Suecia, ver auroras boreales en Rusia o incluso avistar osos polares en Svalbard (Noruega)?

Ve a por la comida

De Portugal a Kenya, a la gente le encanta comer. Así que, en lugar de hacer la típica ruta de museos y monumentos, ¿por qué no organizar el viaje en torno a la comida? Podrías pasarte años conociendo la comida callejera del Sudeste Asiático, por ejemplo, y eso antes de empezar con los restaurantes.

Ve de excursión

Cuanto más rápido es el medio de transporte, más pequeño se hace el mundo. Con medio día y un avión se puede viajar a toda velocidad entre continentes. Mientras, doce horas apenas te permitirán arañar la superficie de las mejores rutas de senderismo del mundo.

Voluntariado

¿Te apetece unirte a un proyecto de conservación de tortugas en Costa Rica o enseñar a niños en Madagascar? El voluntariado (siempre que se haga de forma responsable y sostenible) es una buena manera de conocer gente nueva, devolver algo y añadir un poco de estructura a tu viaje de mochilero.

Sal solo

Salir al gran mundo puede ser una idea aterradora. Entonces, ¿por qué querrías hacerlo solo? Volar solo significa que sólo hay una persona a la que complacer (tú). También te obliga a pensar con los pies en la tierra: sólo tú puedes decidir adónde ir o cómo afrontar situaciones complicadas.

Lo mejor de todo es que viajar solo hace que sea más fácil encontrar amigos. Un buen consejo es empezar a viajar de mochilero en el país en el que te sientas más cómodo y luego ir avanzando a partir de ahí: esa primera parada podría ser un lugar con el mismo idioma que utilizas en casa, o un país que ya atraiga a un flujo constante de mochileros, como Tailandia o Costa Rica.

Da la vuelta al mundo

Circunnavegar el mundo es la forma clásica de lanzarse a viajar con mochila. Viajar por rutas trilladas como la ruta hippie puede que sea más difícil hoy en día, pero sigue habiendo innumerables formas diferentes de recorrer el planeta.

Atravesar continentes enteros o saltar de un lugar a otro con un billete barato de avión para dar la vuelta al mundo: la única regla real es que empieces y termines en el mismo sitio.

Encontrarte a sí mismo

A pesar de hablar de «encontrarse a sí mismos» o de «emprender un viaje espiritual», muchos mochileros acaban bebiendo cerveza en la seguridad del bar de su albergue. No hace falta ser abstemio, por supuesto, pero hay lugares y experiencias que te ayudarán a conocerte mejor a ti mismo.

Prueba a hacer escalada en Tailandia, bucea en las Maldivas o piérdete por el centro de Tokio: cualquier cosa que te saque un poco de tu zona de confort enriquecerá tu viaje.

Evita volar

En lugar de gastarte un dineral en un billete de avión para dar la vuelta al mundo, plantéate un viaje por tierra. Eso no significa que tengas que pasar semanas en autobuses con aire acondicionado; puedes ir en bicicleta de Londres a París o unirte a una aventura descabellada.