Las playas más hermosas de Río de Janeiro son maravillas de la naturaleza y bienaventurados son los que pueden disfrutar de ellas, en esta ciudad que mezcla mar y montaña en una trama perfecta. De hecho, Rio de Janeiro es una de las mejores opciones para un viaje de verano si es eso lo que tienes en mente.

Cuáles son las playas más hermosas de Río de Janeiro

Vamos a conocer cuáles son las playas más hermosas de Río de Janeiro.

Playa de Perigoso

Con acceso sólo por sendero o barco, la Praia do Perigoso y las otras playas salvajes (dos Búzios, do Meio, Funda, e do Inferno) tienen como punto de compartimiento el barrio de Barra de Guaratiba, que en sí mismo ya merece la visita.

Como el acceso es complicado, estas playas están desiertas la mayoría de los días, incluso los fines de semana. Los senderos que conducen a ellas oscilan entre media o hasta dos horas  y varían de moderados a difíciles.

La Praia do Perigoso, como su nombre indica, tiene mar agitado, arena esponjosa y ninguna infraestructura.

Arpoador

Famosa por los que van allí a disfrutar de la puesta de sol desde sus rocas y tiene el Morro Dois Irmãos como telón de fondo para hacer este escenario aún más perfecto.

Desde allí no sólo se puede disfrutar del lado conocido como Praia do Arpoador, sino también de la Praia do Diabo (Playa del Diablo).

Playa de Joatinga

Escondida en medio del paisaje urbano y con acceso por el barrio de Joá, esta playa sólo se puede disfrutar durante un corto periodo del día, ya que cuando la marea sube y se apodera de las arenas la pequeña playa desaparece.

Nuestra recomendación es que llegues pronto, todo lo temprano que puedas, porque el aparcamiento al aire libre que hay allí se llena muy rápido. De camino hacia y desde el pequeño sendero, disfruta de las vistas desde el Belvedere.

Playa do Secreto

Este lugar, que en realidad es una piscina natural formada con agua de mar, se hizo conocido en las redes sociales como Secreto Beach.

Se encuentra entre Praia da Macumba y Prainha, pero no es visible desde la carretera. Para encontrar la Praia do Secreto hay que bajar por un acantilado que se considera peligroso.

Se han registrado graves accidentes allí, así que para visitar la playa asegúrate de tener la capacidad física para llegar al lugar o contrata a un guía. Presta siempre atención a tu seguridad.

Playa de Abricó

La pequeña playa de Abricó está entre Prainha y Grumari, pero es muy reservada y protegida por rocas. Tiene cerca de 300 metros y es muy famosa entre los naturistas.

La playa de Abricó acabó convirtiéndose en la única playa de la ciudad de Río donde se practica el nudismo.

Grumari

A lo largo de sus 2,5 km de extensión hay cabañas repartidas por la arena de la playa y algunos quioscos. Situada justo después de Prainha, se encuentra en la misma zona de preservación ambiental y mantiene un paisaje natural muy rústico, con costas rocosas y colinas cubiertas de verde a su alrededor.

Barra da Tijuca

Es la playa más larga de Río de Janeiro, con casi 18 kilómetros de extensión, de aguas frías y mar generalmente agitado, además de arena blanca y esponjosa. Una acera recorre su orilla y es bastante común que los cariocas utilicen el espacio para practicar deportes al aire libre, como caminar, correr y montar en bicicleta.

Sus quioscos y clubes de playa también satisfacen los gustos de los clientes más variados. Las opciones de alojamiento, restaurantes, bares y comercio en general en los alrededores son abundantes.

Praia da Recreio

La playa de Recreio se extiende desde la Reserva Biológica de Barra da Tijuca hasta la Praia do Pontal. El mejor punto de esta playa, o al menos el más concurrido, es la zona conocida como Praia da Recreio.

Hay poco espacio para aparcar coches, por lo que la playa suele estar más vacía. Esta playa acaba siendo una prolongación de Barra da Tijuca, por lo que el mar es el mismo, es decir, está agitado.

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Sin embargo, un aspecto que difiere de la playa de Barra es la falta de comercio y construcciones en los alrededores. Sólo hay algunos quioscos espaciados.

Playa de Prainha

Prainha es considerada una playa de surfistas, tiene una extensión corta y muy pocas opciones de lugares para aparcar, pero es la pasión de muchos surfistas cariocas y muchos turistas que la conocen.

Rodeada por el Parque Natural Municipal de Prainha y por un conjunto de montañas verde esmeralda, es una playa de aspecto salvaje.

Desde allí aún se puede hacer el sendero Mirante do Caeté, que está dentro del parque y descubre una hermosa vista de las playas de la Zona Oeste.